Primer año de Saturno
Hace mucho que no escribía una entrada personal. Recuerdo que cuando empecé Cuatro Lunas me gustaba escribir muchísimo y compartir por aquí toda la información que pensaba que podía ser útil, pero a veces también compartía algunas cosas personales, momentos que eran importantes, lecciones aprendidas.
No sé en qué momento todo eso se fue perdiendo, o bueno, sí lo sé, a veces como personas vamos cambiando, pero también podemos irnos perdiendo, a veces cosas suceden, a veces la vida nos lleva a dar vueltas que no esperábamos y entramos en modo «ahorro de energía» y nos dedicamos a lo que nos tenemos que dedicar.
Y siento que eso es lo que ha venido pasando desde hace un tiempo…
Desde la astrología tradicional hay una técnica que me gusta mucho que es la de las profecciones, esa técnica nos dice que cada año personal (de un cumpleaños a otro) tiene un énfasis en una de nuestras casas y el planeta que sea el regente de esa casa en nuestra carta, tiene también importancia.
Pues bien, desde el año pasado entré en un año de Saturno, pero creo que ese año se empezó a manifestar unos meses antes de mi cumpleaños apenas Saturno entró en Piscis y empezó el periodo de hacerle oposición a mi Saturno natal. La traducción para mi caso específico es que desde ese entonces empecé a experimentar las dificultades que Saturno suele traer a las cartas nocturnas.
Todo este tiempo no ha sido fácil, creo que puedo decir que estos han sido de los meses más difíciles de mi vida, a veces siento que todo está dando vueltas y cambiando y las herramientas con las que cuento no alcanzan, no porque no sirvan, de hecho la astrología ha sido casi lo único que me ha salvado en este periodo, pero también siento que hay muchas cosas que se fueron perdiendo en el camino y que ahora me es más difícil acceder a ellas.
En este año de profección de Saturno me he tenido que enfrentar al desamor, a la traición, a la pérdida, a la enfermedad, a la incertidumbre, al estancamiento, al miedo profundo de no saber cuándo va a acabar todo esto, pero justo es ahí cuando la astrología me dice que esto también va a pasar, que los años de Saturno no duran para siempre.
Y sí, es verdad, no digo que no ha habido cosas buenas en estos meses, porque sí las ha habido, ha habido personas que me han acompañado incondicionalmente, ha habido ideas que me hacen levantar cada día a intentarlo de nuevo, hay cosas que me he permitido experimentar, cosas nuevas, cosas que me había negado a explorar, pero también tengo que admitir que la pesadez saturnina a veces me absorbe.
Es por eso que mi energía disponible se va en hacer lo básico para Cuatro Lunas, y el resto lo uso para ocuparme del día a día y las cosas que aún no creo que vea los resultados, pero que hago con constancia, porque esa es una de las cosas que Saturno pide, constancia y sí, sacrificio, aunque a mi ascendente en Venus no le guste para nada esa idea, pero como dicen por ahí es lo que hay…
Y la verdad no sé a dónde voy con este escrito, tal vez quiero volver a esos días en que este espacio era mi lugar seguro de escribir y aprender, de ver las cosas desde una nueva perspectiva, de contar mis descubrimientos, de que los que leen puedan acercarse también a mi lado humano, ver que la vida es compleja y que muchas veces no sabemos lo que está pasando a las personas detrás de la pantalla.
Este año me ha tratado muy duro y todavía hay cosas que no sé cómo van a evolucionar, hay un tema de salud está en desarrollo y que puede ser delicado, hay cuestiones personales que están bastante complejas y no sé todavía cómo solucionarlas, hay duelos que todavía están ahí presentes (siento que no he podido hacerle el duelo como se debe a mi gatito que se fue a comienzos de año) y hay muchos momentos en que la oscuridad llega de repente.
Todavía me queda otro año de Saturno, a veces lo que me mantiene a flote es pensar que ese año también pasará y que mientras pueda seguir haciendo lo que me gusta que son las consultas, las clases y todo lo relacionado con Cuatro Lunas, voy a poder pasarlo así como he pasado este, y reitero, no digo que todos los días sean horribles, pero la dificultad de este año ha estado por encima de lo normal y quisiera que todo se empezara a acomodar finalmente.
Además porque como siempre digo, todo deja una enseñanza y en mi caso hay bastantes cosas que he aprendido.
He aprendido que debo cuidar mi círculo interno y no dejar entrar a cualquier persona, más si mi intuición me empieza a sacar alertas por todos lados de que hay algo que puede salir mal con alguien, y esto va ligado a eso de creer que a mi no me va a pasar, que porque sé reconocer muchas cosas y sé leer a las personas, estoy a salvo, porque no, eso no es así, y aquí debo reconocer que me pudo el ego de creer que «no me iba a pasar», igual aquí lo importante es aprender de ello.
Aunque esto también me dejó claro lo que quiero y no quiero, además porque afortunadamente me he permitido conocer a muchas personas en este tiempo, he empezado a volver a mi, a recuperar mi esencia y empezar a ver cuáles son los patrones que me juegan en contra para poder trabajar en ellos. Pero lo importante es eso, que a pesar de esa mala experiencia, eso no me ha alejado de la gente, no me ha alejado de conocer nuevas personas e incluso permitirme explorar cosas nuevas que me han llevado a descubrir más sobre mi.
También estoy en proceso de aprender que todo se mueve, que puedo cambiar de dirección y que eso no es el fin del mundo, de hecho recientemente, y ahora que he entrado a mi segundo año de Saturno, he pensado en la dirección que quiero para Cuatro Lunas, a las cosas que quiero volver, así que espero poder empezar a esa transición cuando vaya resolviendo mis problemas de salud.
Al final todo es un gran proceso y mucha veces entre menos intentemos controlarlo, más nos acercamos a lo que finalmente es para nosotros, y así es como se va construyendo la vida.