Creer o no creer
Hay un tema que siempre me he cuestionado y ha sido fuente de muchas reflexiones en mi vida tanto por mi experiencia personal como por las experiencias que he visto a mi alrededor y es el tema de las creencias que cada uno de nosotros tiene.
Estamos en un momento social en el cual la ciencia y la tecnología han avanzado a pasos agigantados, es increíble ver lo mucho que hemos descubierto y creado en los últimos años, de hecho creo en en ningún momento la humanidad había hecho tantos avances en ese nivel, pero también he visto cómo algunos sectores han empezado a llevar ese aspecto racional a los extremos.
Personalmente considero que las creencias son algo muy íntimo, algo que entra en la esfera de lo personal y que por lo tanto si no afecta a nadie (otro cuento son las organizaciones que quieren imponer su punto de vista a toda costa) no debería existir ningún problema, no se debería ridiculizar o intentar imponer las verdades personales a los que nos rodean porque finalmente cada acto de fe, cada cosa en la que uno cree es una construcción que se ha hecho desde la experiencia propia.
[Tweet «Las creencias son algo muy personal que se desarrolla según nuestras experiencias en la vida.»]
Es por esto que a veces veo cómo esa extrema racionalidad de las cosas toma el mismo lugar que alguna vez tomó la iglesia con su cacería de brujas imponiendo verdades absolutas sobre todas las personas que tenían que seguir sí o sí los mismos mandatos. Además porque por lo general hay sectores con los que no se puede dialogar, sectores que asumen que todo este conocimiento del tarot, astrología, cristales, magia, etc son para ignorantes y de entrada impiden un diálogo abierto y respetuoso.
Creo que la experiencia personal es importante, creo firmemente que la ciencia y la fe pueden coexistir pacíficamente dentro de una persona, creo que no se tienen que invalidar la una a la otra porque eso hace parte de nuestra complejidad como seres humanos, porque creo que es tan poco lo que realmente conocemos del Universo que es muy pedante asumir que con las herramientas que tenemos ya encontramos las verdades absolutas sobre todo lo que nos rodea.
Creo que es necesario tener ese espacio de incertidumbre, no para actuar irracionalmente, sino porque es en ese espacio donde se construye algo que ninguna ciencia puede reemplazar y es nuestra construcción como seres humanos integrales, no somos máquinas, no somos sólo cerebros, somos un conjunto de cualidades que tienen que ser alimentadas, tenemos que alimentar nuestra inteligencia pero también nuestras emociones, tenemos que empezar a encargarnos de nosotros mismos como un todo, no como segmentos que no están conectados entre sí.
Obviamente en esto hay algo muy importante y es la capacidad de discernimiento, de entender que no todo puede dejarse en manos de ese aspecto intangible de la vida, tenemos que aprender, conocer, estudiar, informarnos sobre todas las cosas que están a nuestra disposición, pero sin llegar a extremos.
En mi experiencia siempre me han gustado muchos aspectos de la ciencia, e incluso si tuviera más vida me encantaría estudiar algo como astrofísica o química molecular, pero también me gustan otras áreas como la historia o la antropología porque me encanta aprender, entender cómo funcionan muchas cosas de este mundo en el que estoy, y si bien siento que tengo un tiempo limitado, todos los días procuro aprender algo nuevo, algo que nutra mi existencia.
Y en ese aspecto, todos los temas que trato en este espacio me han llevado a aprender muchísimas cosas en muchas áreas, porque para hacer esto de una forma seria y responsable uno tiene que estudiar mucho, nada más la sola astrología cubre un montón de conocimiento que no creo que alguien llegue a abarcar completamente, lo mismo pasa con el tarot y los cristales, con todo ello hay que saber de física, química, historia, artes, psicología, matemáticas, filosofía.
Mi punto es que hay que empezar a respetar las creencias de los demás, entender que no hay verdades absolutas porque lo que hoy nos parece 100% cierto y científicamente probado mañana puede que no lo sea, pero también hay que usar la razón y el discernimiento en nuestras vidas. Tenemos que conciliar todos los aspectos que nos componen y eso incluye andar entre la intuición y la razón para poder llevar una existencia más completa.
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