Dándole tiempo al tiempo
Recuerdo cuando trabajaba en algunas agencias de diseño donde parecía que el tiempo nunca era suficiente y siempre tenía que estar corriendo para cumplir plazos creados por el desorden y las ganas de ejercer poder. Fue bueno pasar por ahí porque entendí que eso no era lo que quería para mi vida, pero no puedo negar que quedan algunos residuos de ese afán por cumplir plazos interminables, por siempre estar haciendo algo «productivo» así no sea necesario y por intentar cumplir expectativas imposibles que, si soy honesta, están más impuestas por mi que por cualquier otra cosa.
[Tweet «Cada cosa tiene su propio ritmo y lo mejor que podemos hacer es conectarnos con él.»]
En estos días he estado trabajando en algo que vengo planeando hace mucho y que me gustaría ver terminado pronto pero me he dado cuenta que me estoy imponiendo un ritmo muy acelerado y que justamente mi procastinación se debe a eso, a que me estoy exigiendo muchas cosas al mismo tiempo y quiero que todo salga ya, se me olvida que las cosas tienen sus propios ritmos y sus propios espacios, que por correr más no voy a alcanzar más cosas, sino que estoy haciendo todo lo contrario, es una especie de auto-sabotaje en el cual me pongo una lista interminable de tareas y requisitos cuando la verdad todo podría ser más simple.
Así que para ayudarme consulté el oráculo Seeds of Shakti y su mensaje fue muy hermoso, me salió una carta que dice: «Encuentra tu rimo, toca tu canción» y fue ahí cuando entendí que me estaba presionando demasiado, que para que las cosas surgieran debía encontrar mi ritmo… además porque me di cuenta que los cambios de los últimos meses también me han afectado, algunos positivamente, otros no tanto y en mi búsqueda desesperada de respuestas se me ha olvidado que no puedo controlarlo todo, que todo tiene un orden y que hay que darle tiempo al tiempo.
Además porque en ese proceso también he entendido que primero tengo que sanar muchas cosas, admitirme a mi misma que en ese afán de cumplir expectativas terminé dando demasiado, que eso no fue valorado, que eso duele y que al final me quedé con las manos vacías, y que justamente esa experiencia trae de nuevo un montón de miedos que creía dormidos y que se están interponiendo en este nuevo proyecto.
Igual también tengo claro que ya debo quitarme esa venda de los ojos y soltar de verdad todas esas experiencias, descansar cuando lo crea necesario para recuperar fuerzas para seguir en el camino. Así como lo dice la carta es momento de escribir mi propia canción, no la que creo que le gustará a otros sino la que me pertenece, así desafine de vez en cuando, así a veces me quede la mente en blanco o no quiera saber de ella, es mía, es mi camino y sólo yo puedo recorrerlo a mi manera…